Entre otras cosas, podemos ayudarte a combatir plagas de polillas. La cuestión es saber detectarlas a tiempo y optar por un método efectivo de erradicación.
Las polillas dañan los tejidos y atacan los alimentos almacenados. Las especies más frecuentes son la polilla de la ropa (Tineola Bisselliella) y la polilla de la ropa formadora de saco (Tinea Pellionella). Entre las polillas que buscan los alimentos destaca la polilla de la fruta seca.
Las polillas de la ropa son más pequeñas, de unos 7-8 mm de longitud, y tienen las alas dobladas con una coloración uniforme. La polilla de la ropa presenta una coloración café plateada en las alas con una franja de pelos largos en los márgenes y pelos rojizos en la parte superior de la cabeza.
Las polillas se reproducen a gran velocidad. Las hembras pueden poner huevos al poco tiempo de ser fecundadas. Las de la ropa ponen unos 30-200 huevos que adhieren a las superficies mediante una sustancia pegajosa.
Las orugas de las polillas se alimentan de queratina. Las hembras ponen los huevos en ropa o tejidos que contienen esta sustancia. Las orugas de las polillas de la ropa se alimentan de cualquier elemento que la contenga (pieles, ropa hecha de tejidos naturales, colchas, alfombras…). De forma puntual también pueden alimentarse de fibras sintéticas, tejidos de origen vegetal como el lino, el algodón o el papel.
Por su parte, las polillas de los alimentos almacenados ponen de 60 a 400 huevos en alimentos almacenados, atraídas por el olor. La fase más dañina son las orugas, las que consumen los productos (tejidos o alimentos).
Cómo detectar la presencia de polillas
Las polillas de la ropa no se sienten atraídas por la luz, sino que buscan lugares oscuros. La presencia de polillas adultas en el interior de los armarios o cajones con ropa es una señal segura de infección. Además, vuelan muy poco.
Si hay polillas de la fruta seca, los alimentos presentarán manojos de tela en el interior. Los adultos suelen volar en zigzag saliendo de los armarios o cajones. En la cocina, se las suele ver circulando por las paredes o los techos.