Como centro especializado y con dilatada experiencia en servicios de endoterapia en Mallorca; innovador método de tratamiento fitosanitario para la protección de árboles con el mínimo impacto ambiental, conocemos al dedillo su historia. Y es que ya Leonardo da Vinci, en su siglo, supuestamente usó una infusión que contenía arsénico para alejar todo lo posible a los pequeños agentes biológicos patógenos.

 

Desde entonces el avance de la endoterapia ha pasado por varios momentos, pero destaca el gran auge y desarrollo que se produjo durante los últimos años del siglo XX. Y es que a mediados de los noventa, se comenzó a usar en prácticamente toda Norteamérica y en zonas de Italia con grandes árboles ornamentales, donde por cierto a día de hoy es totalmente obligatorio su uso en varias poblaciones, debido a los excelentes resultados que consigue siempre.

 

Una de las muchas razones que han potenciado el desarrollo de esta tecnología es la reducción de coste que se consigue frente a los tratamientos y técnicas más convencionales, como podrían ser la pulverización o el espolvoreo. Es posible que el coste de inversión sea solo algo mayor, pero es que queda completamente compensado con la eficiencia y rentabilidad a corto y largo plazo de la endoterapia.

 

El futuro en la historia de este solicitado tratamiento no está escrito, pero todo hace indicar, si tenemos en cuenta las predicciones de los mercados que pronostican una fuerte subida de los productos agroquímicos, que la endoterapia podría ser en muy poco tiempo la única alternativa eficaz y rentable por ahora. Hay que pensar que con este método se pueden tratar tanto de insectos como enfermedades criptogámicas con una eficacia prolongada de hasta un año y que sus tiempos de ejecución son mínimos; oscilan entre los 30 segundos hasta los 10 minutos como máximo.

Si quieres saber más sobre este revolucionario tratamiento fitosanitario, ven a Wil-Kill. No tenemos tanta historia como la endoterapia, pero nuestro trayecto profesional como expertos en el sector es de ya más de medio siglo. ¡Un pionero como Da Vinci no puede equivocarse!